
Rafael Correa, el expresidente de Ecuador, ha recibido asilo político en Bélgica, lo que le otorga el estatus de refugiado.
Antecedentes del caso
En 2018, Correa solicitó asilo en Bélgica, donde reside desde 2017. Esta solicitud se produjo tras años de procesos legales en su contra en Ecuador, donde enfrentaba cargos políticos relacionados con el “Caso Balda”. Bélgica exigió pruebas de persecución política, que Correa proporcionó con documentación sobre procesos penales de motivación política destinados a obstruir su carrera.
Decisión del asilo
El Comisariado General de Refugiados y Apátridas de Bélgica concedió el asilo a Correa el 15 de abril de 2022. La decisión se basó en la prueba de persecución política proporcionada por el exmandatario. El abogado de Correa expresó su satisfacción con la decisión, destacando la dificultad de obtener asilo político en Bélgica.
Implicaciones del asilo
El asilo político ofrece a Correa protección contra una posible extradición y prisión en su país de origen. El gobierno ecuatoriano no ha sido notificado oficialmente del asilo, pero ha solicitado la extradición de Correa. Sin embargo, Correa confía en que la solicitud será rechazada, como ha sucedido anteriormente. La Interpol también ha rechazado las solicitudes de Ecuador para incluir a Correa en su lista roja, indicando que la persecución política es un factor que impide la extradición.
Reacciones de las autoridades ecuatorianas
El presidente del Tribunal Nacional de Justicia de Ecuador desconoce la concesión del asilo y afirma que continuará trabajando en la extradición de Correa. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador ha declarado que no ha recibido notificación oficial de la concesión de asilo.
Perspectiva de Rafael Correa
Correa ha recibido con satisfacción la concesión del asilo, considerándolo una prueba de su persecución. Ha negado todas las acusaciones en su contra y sostiene que los procesos legales en su contra tienen motivaciones políticas.