"Dos crímenes", la novela de Jorge Ibargüengoitia, se inspira en el caso real de Las Poquianchis, un grupo de mujeres que asesinaba a jóvenes para robarles sus pertenencias. Sin embargo, Ibargüengoitia no se limita a narrar el caso de forma literal. El autor decide tomar libertades al cambiar los nombres, añadir personajes y modificar la historia para hacerla más compleja y menos horrible.
Esta decisión estratégica busca convertir el relato en una crítica social mordaz, en una reflexión sobre la naturaleza humana y la corrupción que impregnaba la sociedad mexicana de la época. Al no recrear el caso de forma exacta, Ibargüengoitia se permite explorar las motivaciones de los personajes, sus relaciones entre sí y las consecuencias de sus acciones de una manera más profunda y, a la vez, más perturbadora.
Un rompecabezas narrativo en "Dos crímenes"
La novela se narra desde una perspectiva casi omnisciente, a través de una serie de testimonios y declaraciones cruzadas que se interconectan para crear un rompecabezas narrativo. El narrador, con su tono sarcástico y su manejo de la historia, nos lleva a través de una serie de acontecimientos atropellados y saltos temporales, creando una historia enredada y llena de suspense.
Este estilo narrativo, que recuerda a un "Libro de las Muertas" moderno, nos invita a reconstruir la verdad a partir de fragmentos de información, a descifrar las piezas que conforman un rompecabezas moral. La falta de una verdad absoluta, la ambigüedad de las acciones y la fragmentación de la narración nos obligan a cuestionar la realidad que se nos presenta, a analizar los motivos de los personajes y a buscar respuestas en los espacios vacíos que dejan las palabras.
Ibargüengoitia, con su maestría narrativa, retrata la codicia humana, la corrupción y los despropósitos que caracterizaban la sociedad mexicana de la época. Su crítica social se ve reflejada en las acciones de los personajes y en la atmósfera que envuelve la historia.
Las mujeres que habitan en la novela, con sus ambiciones desmesuradas, su sed de poder y su falta de escrúpulos, encarnan la decadencia moral que Ibargüengoitia busca denunciar. La atmósfera de violencia, de engaño y de manipulación que impregna la historia se convierte en un reflejo de la sociedad mexicana de la época, una sociedad donde la corrupción y la impunidad campaban a sus anchas.
Un final inquietante y la necesidad de reflexionar
La novela deja al lector con una sensación de intriga y con la necesidad de reflexionar sobre la naturaleza humana y la compleja realidad social que se expone en la historia. El final, lejos de ofrecer respuestas definitivas, deja al lector con un vacío que lo invita a completar el rompecabezas moral, a analizar las consecuencias de las acciones de los personajes y a cuestionarse la propia realidad.
"Dos crímenes" no es solo una novela de misterio, es una obra que busca despertar la conciencia del lector, que lo invita a pensar sobre la corrupción, la impunidad y las consecuencias de la violencia en la sociedad. Es un "Libro de las Muertas" en el sentido de que nos confronta con la fragilidad de la vida, con la perversidad del ser humano y con la necesidad de luchar contra la corrupción y la injusticia.
